martes, 16 de abril de 2019

ESTELA


“Así, conclúyete cuerpo y genio, mézclate con los elementos de este sueño y transfórmate en otra sustancia. Estaremos de esta suerte siempre juntos, quizás, cómplices y al fin de acuerdo, y perteneceremos al Universo o a la Nada, conforme a la naturaleza de las cosas que creímos o que desconocemos. Con lo dicho, con lo escrito, con lo que falta por vivir o ser cantado. Nada de eso ya nos sirve. Nada de eso importa allá donde vamos o donde nunca llegaremos. La vanidad ha de ser lastre y lustre que avive nuestra pira. Por ello, prohíbo la presencia de hierofantes y sacerdotes en mis exequias; ni tan siquiera el más mínimo consuelo o arrepentimiento ante los dioses en los que nunca he confiado. A lo sumo, un denario en la boca, verso y reverso incompleto del metal menos noble; pero no para pagar al barquero, si no para que arda conmigo y sirva luego a mis cenizas como ancla para descender al mar que nadé de niño. 

Que mi verbo y mis escombros se derramen en la marisma rocosa de una playa, donde imaginé imperios, ciudades y geografías imposibles, y donde quiero regresar para ser nuevamente agua”.

Del poemario de Juan García Larrondo
“ABDICACIÓN Y POSTERIOR ASUNCIÓN
DE DIOCLES, EL PAGANO”
(2013)

No hay comentarios:

Publicar un comentario